sábado, 23 de mayo de 2015

HERRAMIENTAS EDUCATIVAS

El Kit de Herramientas Pedagógicas Básicas

Es cierto que no todos los recursos valen para todas las situaciones, ni todos sabemos aplicarlos a la perfección desde el principio, y es posible que en ocasiones no sepamos muy bien cuándo utilizar uno u otro. Lograr ser un buen educador se consigue con la práctica y la experiencia, y será necesaria también una dosis de imaginación que nos ayude a adaptar cada uno de estos ocho recursos a la situación requerida y a la edad de nuestro hijo.

Madrid | Junio 2011 | Alejandro Iglesias | Pedagogo y tutor de la UP on-line

¿Cuántas veces nos habría gustado saber qué hacer en cada momento con nuestros hijos? ¿Cuántas veces nos hemos preguntado si nos habremos pasado con ese castigo o si hemos sido demasiado blandos? ¿Y cuántas veces nos hemos tirado de los pelos porque no sabemos qué hacer para conseguir que estudie, o que recoja su ropa?
Y es que, aunque a todos nos gustaría que existiese un libro de recetas de educación que nos dijese qué hacer para lograr cada objetivo educativo con nuestros hijos, desgraciadamente no existe. Cada persona es un mundo, como dice la frase popular, y le afectan miles de circunstancias y de factores que harán que las estrategias educativas que sigamos con cada uno de nosotros tengan que ser especializadas para cada individuo.
Sin embargo, nuestras estructuras biológicas y psicológicas de aprendizaje son las mismas, por tanto sí que debe haber algo común en todos nosotros a la hora de aprender. La psicología y la pedagogía, cuando se refieren al aprendizaje dan siempre las mismas pautas de actuación, se pueden resumir en ocho, y desde la UP las hemos definido como el “Kit de herramientas pedagógicas básicas”. Son las siguientes:
1ª - Seleccionar las experiencias y la información que el niño recibe:
Los padres son los mediadores de las experiencias que el niño recibe en sus primeros años, momento en el cual están conformando su imagen y representación de la realidad. Es muy importante que el temperamento de los niños, que es una serie de preferencias y pautas de respuestas afectivas con las que ya nacen, se adapte y sintonice bien con su imagen de la realidad.
Con este recurso propondremos límites a nuestros hijos para crear un marco donde puedan desarrollarse sintiéndose seguros.
2ª - La repetición:
Herramientas pedagógicas básicasLa repetición permite fijar en la memoria los aprendizajes y consigue la adquisición de hábitos, de forma que se automaticen los comportamientos deseables. Si un niño automatiza el ritual de hacer los deberes nada más llegar a casa no tendrá que luchar contra la decisión de hacer las tareas o ponerse a jugar. Los rituales organizan la realidad y la hacen previsible, dando seguridad a nuestros hijos y facilitando la aceptación.
La repetición es necesaria para cualquier aprendizaje, incluso para aplicar este “kit de herramientas”.
3ª - Los premios:
Las escuelas conductistas revelaron que el ser humano tiende a repetir las acciones que le provocan placer o que de algún modo han sido premiadas. Por tanto, es importante premiartodas las acciones y conductas que queremos que se mantengan porque son deseables. A esto también se le conoce como refuerzo.
Hay que tener en cuenta que lo que a unas personas les sirve como premio no tiene porque valerle a otras y es importante no confundir un premio con meros regalos, en ocasiones será mucho más efectivo un elogio o decirle lo orgullosos que os sentís que un premio material.
4ª - El castigo:
El castigo es el opuesto a los premios y los refuerzos, su utilidad es para evitar que una conducta o actuación que no es deseable no se vuelva a repetir. Un castigo rara vez provocará que un niño genere una respuesta nueva, solo inhibe la conducta desacertada.
A la hora de aplicar un castigo hay que analizar cuál es la causa de la conducta, pues si un comportamiento inadecuado ha sido provocado por problemas como la impulsividad, la falta de habilidades sociales para comunicarse con otro, el desconocimiento, etc., no será útil.
Es importante que en el castigo el niño entienda las razones de la sanción, que la sanciónsea firme y se cumpla y que el niño tenga la oportunidad de arrepentirse y poder resarcir el mal que ha hecho. Todo esto ayudará a que la conducta inadecuada no se repita.
5ª - El ejemplo:
Uno de los mecanismos de aprendizaje más importantes en el ser humano es la imitación. Los niños imitan a las personas que admiran para parecerse a ellas y van aprendiendo sus idiomas, valores y costumbres.
La imitación puede ser espontánea, como esta que acabo de comentar, o dirigida, en la cual el educador guía una actividad al aprendiz y luego le deja que la repita solo corrigiéndole si es necesario.
6ª - El cambio de creencias:
Durante mucho tiempo se pensó desde la psicología que un estímulo del ambiente provocaba directamente una respuesta en las personas. Sin embargo, otra corriente psicológica completó esta teoría afirmando que los estímulos eran interpretados por los individuos en función de las creencias que tuvieran de sí mismos y del mundo cambiando el tipo de respuesta que se podía dar.
Esto se traduce a que niños que se sienten inseguros, vulnerables o poco inteligentes darán respuestas y adquirirán aprendizajes diferentes que si se sienten seguros, capaces e inteligentes. Por ello este recurso educativo consistirá en hacer ver a estos niños que son capaces y analizar sus creencias negativas para desmitificarlas.
7ª - El cambio de deseos y sentimientos:
El placer, la vinculación social y el afán de superarse son elementos que funcionan como motivadores en cualquier individuo. El reto de este objetivo consiste en traducir de qué manera se dan estas tres motivaciones en nuestros hijos, y una vez descubiertas enlazarlas para que potencien los aprendizajes concretos que queremos lograr.
Así mismo, debemos conocer qué sentimientos nos hacen despertar nuestro interés e iniciativa a aprender. Este es posiblemente uno de los recursos más útiles para aprender pero a la vez de los más difíciles de aplicar en las situaciones reales.
8ª -  El razonamiento:
Cada vez que se le pida al niño que haga alguna tarea para su aprendizaje, o que se le de una orden, debemos explicarles las razones por las que lo debe hacer. Es posible que en muchas ocasiones parezca que no sirve de nada, sin embargo, el niño aceptará mucho mejor las normas justificadas que otras que no entienda o le puedan parecer injustas.
Estos ocho recursos son los planteamientos necesarios para poder preparar al niño hacia el aprendizaje, y cuando realizamos alguna acción educativa los estamos utilizando. Como hemos dicho al principio, no existe un libro de recetas para cada circunstancia y situación, sin embargo, conocer estos ocho recursos nos ayudará a adaptarlos y encontrar nuestra receta personal y especializada para cada caso. 

Revista de la Universidad de Padres on line
http://www.revista.universidaddepadres.es/index.php?option=com_content&view=article&id=1006:el-kit-de-herramientas-pedagogicas-basicas&catid=278:el-campus&Itemid=1038.

Revisado en mayo de 2015

ENTREVISTA AL PROFESOR JOSÉ ANTONIO MARINA

viernes, 15 de mayo de 2015

RECETAS PARA PADRES III (CÓMO AYUDARLE A ESTUDIAR). EL PAÍS

¿Qué pasa si su hijo se atasca en una tarea, le pregunta y usted no sabe cómo resolverla? Nada. No son sus deberes, son los de su hijo. Y quien le enseña es su profesor, usted supervisa que haga las tareas, que cumpla. Igual que se preocupa de que juegue, de que coma bien o de que se ría a
menudo. Cuando el niño no sepa cómo resolver un problema matemático o la respuesta a cualquier pregunta, ocúpese de que lo apunte en su cuaderno dedeberes y de que se lo pregunte a su profesor al día siguiente. Apúnteselousted también y cuando llegue el niño del colegio o usted de trabajar interésese por cuál era la respuesta correcta. Así su hijo verá que está pendiente del tema, lo que quiere decir, de él y del progreso en sus estudios.
La familia es la controla el proceso de estudio, si no se vigila y no se dan pautas la consecuencia puede ser el descontrol. Esto lo vienen advirtiendo desde hace muchas décadas tanto asociaciones de profesores como de padres. Y no es un tema que dependa de leyes educativas o de los partidos políticos, que tanto se vuelcan cuando llegan al poder en la educación, pero, lo lo general, para cambiarla en la dirección que ellos consideran, ya que es una materia muy susceptible de ser modificada por razones ideológicas según si se le quiere dar un carácter  de fondo más conservador o más progresistaPero, con independencia de estos vaivenes que sufre la pobre educación, y volviendo a los padres, la exigencia en el estudio no tiene color político. A un niño se
le debe exigir o, mejor dicho, enseñar que su deber es estudiar. En primer lugar, por él mismo, por su futuro, y también por su presente. Pero, antes, hay queenseñarle a hacerlo.
Hay ya muchos colegios que ofrecen a los alumnos, bien a través de las asociaciones de padres o bien a iniciativa del  propio equipo profesional del centro, unos cursillos básicos sobre técnicas de estudio para niños. También hay algunos que van más allá, y las proponen para los padres, con el fin de que sepan supervisar y guiar el estudio de sus hijos. Estas charlas también pueden solicitarlas los
padres en los centros educativos, bien para que las imparta alguno de los docentes del colegio o una persona externa, experta en estas cuestiones.

Aunque es algo difícil de resumir en pocas palabras, vamos a intentar explicar en qué consisten esas técnicas de forma sencilla:
En primer lugar, conviene saber que, por regla general, el rendimiento durante el tiempo de estudio empieza siendo regular, por lo tanto no conviene empezar el estudio por los contenidos más difíciles. Al cabo de un rato mejora y en los minutos finales suele tenerse el rendimiento más bajo. Por eso es mejor dejar las tareas más sencillas o más automáticas para el final. Las pautas básicas que sugieren muchos pedagogos a la hora de estudiar serían éstas:
  1. Realizar una primera lectura para explorar el tema del libro o de los apuntes que se van a estudiar, sin subrayar.
  2. Hacer una segunda lectura más profunda, ya subrayando lo más importante. Éste consiste en jerarquizar las ideas y en ir marcándolas de diferentes modos, con varios colores incluso, según su importancia.
  3. Posteriormente, hay que realizar un esquema de las ideas principales del tema o un resumen. Si el tema es muy largo, es mejor optar por el resumen. Pero conviene alternar la forma de trabajar los temas, es decir, combinar los resúmenes, esquemas y lecturas en profundidad.
  4. El esquema o el resumen hay que aprendérselo. Se puede hacer leyéndolo unas cuantas veces o incluso repitiéndolo en voz alta.
  5. Es sobre éstos sobre los que debe repasar en el futuro el estudiante, más cerca del examen. De ahí la importancia de saber hacer buenos esquemas o resúmenes, con los conceptos realmente importantes. Además, es algo que al estudiante que lo sepa hacer bien le puede servir para toda la vida, para aprenderse desde una conferencia que tenga que impartir a saber exponer las ideas relevantes ante un tribunal de doctorado. El que aprende a estudiar bien desde niño, adquiere la habilidad de jerarquizar ideas muy bien.
  6. Volver a leer todo una vez para comprobar que el esquema o resumen está bien organizado y que no se ha olvidado nada importante.
  7. Cuando se empieza una asignatura, conviene organizar un plan de estudio hasta el examen. Por ejemplo, si la prueba es al cabo de dos meses, hay que repasar periódicamente los esquemas y resúmenes,como decíamos antes.
  8. Por último, conviene recordar que no hay que estudiar en el último momento sobre los originales, es decir, el libro o los apuntes. Ya no le hará falta al alumno, a no ser para alguna consulta puntual sobre algo que no entienda o en lo que quiera profundizar. Se estudia sobre lo que el estudiante ha elaborado.
EDUCAR A TRAVÉS DE LA LECTURA
Para poder educar a través de la lectura, debemos enseñar a nuestros hijos y alumnos a leer bien y con gusto. Y esto no es posible si no les damos una experiencia de gozar con la escucha, es decir, esos momentos mágicos donde el adulto lea al niño.
Y para ello, vamos a partir de tres puntos clave que nos permitirán crear bonitos momentos de escucha para los niños:
Leerle cuentos a nuestros hijos se ha de convertir en un hábito diario desde el primer mes de vida, incluso desde el embarazo. Pues el feto es capaz de percibir y reconocer voces y sonidos desde el cuarto o quinto mes de gestación y al sexto mes el oído ya está desarrollado completamente.
Este momento deberá tener su tiempo e importancia correspondiente. Es decir, se dedicará X tiempo (10, 20 o 30 minutos, en función de la edad) para disfrutar de esta actividad familiar dándole la importancia que tiene. Como bien dice el pedagogo Tonucci, "leyendo sin temor, sin pensar que se está perdiendo el tiempo o que se podría hacer algo de mayor importancia" ¡Este momento ya es importante!
Leer cuentos es un tipo de juego y como tal requerirá de atención, emoción e interacción. Es decir, debemos leerles los cuentos poniendo nuestros cinco sentidos. Nunca leeremos por leer, lee con atención, con emociones, interaccionando con tu hijo y comunicándote también con el lenguaje no verbal y los gestos. Disfruta de la lectura para que tu hijo pueda disfrutar y gozar de la escucha.
Con estas experiencias de escucha, donde además reforzamos la complicidad y el vínculo entre nosotros y nuestros niños, no solo fomentamos un hábito lector positivo e importante para el desarrollo y la realización social y personal de la persona; Estimulamos la imaginación, la sensibilidad, la curiosidad y la memoria, además del desarrollo del lenguaje; sino que, además, educamos a nuestros hijos en la paciencia, el saber escuchar con atención, mientrasdespertamos el deseo por leer.
Leyendo educamos en la empatía o capacidad de ponernos en el lugar del otro. Y nos permite trasmitir valores como la amistad, la honestidad, la constancia, la tolerancia, etc. Al mismo tiempo que nos permite enseñar a identificar emociones. Con la lectura educamos en la resolución de conflictos, ya que el niño se identifica con los personajes y situaciones de las historias ayudándole a afrontar retos y miedos con una visión más amplia.
Compartir el tiempo de lectura en familia, ya sea el niño el que escucha, nos lea él, o leamos e interaccionemos ambos con la historia del cuento, educamos en la comunicación y confianza entre ambos, ofreciendo a los niños un refuerzo de la autoestima.

¿Qué libros lee o leemos?

·         Elegid calidad literaria. En cuanto a historias sin prejuicios y con valores positivos. Has de tener en cuenta que las lecturas que hagáis son historias que él grabará en su cabeza y tomará de ejemplo para descubrir el mundo que le rodea.
·         Según la edad ten en cuenta sus gustos e intereses, comenta con tu hijo qué historias le gustaría leer y/o elegirlas juntos en la librería o biblioteca. Intenta que haya variedad de temas, formatos de libros, formas de contar el cuento (marionetas, kamishibai, etc.).
·         Es buena idea tener un rincón de lectura, ya sea en la habitación del niño o en cualquier otro lugar de la casa, donde estéis cómodos y donde los cuentos y libros estén al alcance de tu pequeño.

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Los 20 libros que leer antes de los 13 años

1. Adivina cuánto te quiero (de 0 a 4 años de) Sam McBratney
¿Cómo se puede medir un sentimiento como el amor? La pequeña liebre intentará hacérselo saber a su mamá ¿serán sus brazos suficientes? Un cuento ilustrado perfecto para antes de irse a dormir.
2. La pequeña oruga glotona (de 0 a 4 años) de Eric Carle
En este cuento se relata la aventura de una pequeña oruga muy comilona y sus pasos a lo largo de la semana hasta convertirse en una preciosa mariposa. Una buena forma de iniciar a los más pequeños en las pequeñas grandes historias.
3. Elmer (de 0 a 4 años) de David McKee
Elmer es un elefante diferente ¡Es un elefante de mil colores! Y por muy impresionante que parezca a Elmer no le gusta mucho ser distinto, por lo que un día se escapa de la manada para buscar la forma de ser gris como el resto de los elefantes. Un cuento con el que adquirir los valores de la tolerancia y el respeto.
4. Sapo y Sepo, inseparables (de 4 a 6 años) Arnold Lobel
Sapo y Sepo son los mejores amigos. Van de paseo, cuidan del jardín, comparten las galletas y viven emocionantes aventuras. Una buena historia para empezar a leer.
5. Yo mataré monstruos por ti (a partir de 5 años) de Santi Balmes
Martina tiene miedo por las noches porque cree que bajo el suelo de su cuarto habitan monstruos que caminan cabeza abajo. Una bonita historia para aprender a combatir los miedos de los más pequeños.
6. El príncipe Ceniciento (a partir de 5 años) de Babette Colle
Una nueva versión de la historia tradicional escrita por Charles Perrault, que esta vez llamará la atención de los más pequeños por la inversión de los estereotipos de género ¿Un príncipe que limpia? Otra opción similar es el Ceniciento de Yanitzia Canetti.
7. Caperucita Roja, Verde, Amarilla, Azul y Blanca (a partir de 6 años) de Bruno Munari y Enrica Agostinelli
Otra versión de un cuento clásico. En este caso las Caperucitas son niñas muy listas que, gracias a sus amigos, consiguen dejar al lobo hambriento.
8. Donde viven los monstruos (a partir de 6 años) de Maurice Sendak
Max es un niño travieso cuya mayor fantasía es ser un monstruo terrorífico. Una noche acaba castigado en su habitación, donde, de pronto, todo se transforma y Max aparece en una selva.


9. Abuelita Opalina (a partir de 7 años) de María Puncel
A todos los niños les mandan deberes, y esta vez, a Isa le han mandado escribir una redacción sobre su abuela. Como Isa no tiene abuela escribe sobre una abuela imaginaria, que reúne todas las cualidades de las abuelas de sus amigos.
10. El pampinoplas (a partir de 7 años) de Consuelo Armijo
Poliche es un niño que va a visitar a su abuelo al pueblo. Lo que pensaba que iban a ser unos días aburridos se convierte en una aventura para desenmascarar al Pampinoplas, un persona que ha atemorizado a todo el pueblo.
11. Un duende a rayas (a partir de 7 años) de María Puncel
Hay duendes verdes, duendes rojos… pero el nuestro es un duende a  rayas, que cuando se hace mayor decide emprender un viaje para descubrirse a sí mismo y decidir de qué color quiere ser.
12. Memorias de una gallina (a partir de 8 años) de Concha López Narváez
Carolina es una gallina especial. Es muy inconformista y desde pequeña pone en duda las normas y reflexiona con humor sobre los verdaderos valores de la vida. Un libro con el que aprender sobre la convivencia y la igualdad.
13. Fray Perico y su borrico (a partir de 8 años) de Juan Muñoz Martín
En el s. XIX, veinte frailes viven tranquilos en un convento de Salamanca… hasta que llegan Fray Perico y su borrico para revolucionarlo. Una historia llena de situaciones divertidas.
14. El Principito (a partir de 10 años) de Antoine de Saint-Exupéry
El clásico que no puede faltar en una biblioteca infantil. Todo empieza cuando un piloto, perdido en el Sáhara, se encuentra con un pequeño príncipe de otro planeta. El resto de esta maravillosa historia merece la pena leerlo.
15. Cuentos en verso para niños perversos (a partir de 10 años) Roald Dahl
De nuevo, una obra que reinventa seis cuentos clásicos. Esta vez los llena de acción y humor ¿y si Blancanieves ya no es una inocente princesa? ¡Nos encantan estos cuentos!
16. Manolito Gafotas (a partir de 10 años) de Elvira Lindo
El primer libro de la serie nos presenta al niño más famoso del barrio de Carabanchel Alto y su peculiar familia. Actual y divertido, enganchará a los niños de principio a fin.
17. Harry Potter y la piedra filosofal (a partir de 10 años) de J. K. Rowling
El primero de los libros de esta saga fantástica. En él, el joven mago nos introduce en el mundo de la escuela de magia Hogwarts y las aventuras que en él se esconden. Con el resto de la saga, Harry Potter y sus compañeros crecerán con sus lectores, no podrán quitárselo de las manos. ¿Magia?
18. Matilda (a partir de 12 años) Roald Dahl
Matilda es la niña más especial que conocerás jamás. Sin haber cumplido los cinco años ya ha leído un montón de libros, aunque sus padres la consideran una inútil. Cuando entra en su nuevo colegio y conoce a la señorita Honey descubre que tiene una habilidad maravillosa. Una historia que recordarán para siempre.
19. Momo (a partir de 12 años) de Michael Ende
Momo es una niña con la habilidad de saber escuchar a los demás y ayudarles a humanizar sus vidas, aunque todo se pone en peligro cuando los hombres grises amenazan con robarles el tiempo.
20. Charlie y la fábrica de chocolate (a partir de 12 años) de Roald Dahl
Charlie ha conseguido un billete dorado, lo que significa que será uno de los afortunados que visitará la fábrica de chocolate del extravagante Willy Wonka. Con Charlie aprenderemos valores como la generosidad y la responsabilidad mientras nos divertimos.

Revisado en abril de 2015.